Le Petit Ventura

Este es un espacio en el que escribo lo que quiero. Me lavo con un trapo atado en un palo.

Monday, November 06, 2006

No rompas el silencio si no es para mejorarlo

Ayer me dejé caer por el vermouth a la salida de misa para intentar convencer a unas ancianas de que me compraran unos escapularios de la virgen del Carmen.
Se suponía que habían sido mojados directamente con orín bendito de un descendiente directo de uno que se había casado con una tataratatara...nieta de San Pedro pero, obviamente, esto era una solemne mentira. En realidad sólo quería unos euros para meterlos en mi cuenta y seguir ahorrando para una cara nueva (es que con ésta fatal, ligo menos que un marciano).
Nada, no vendí ni uno. Las viejas se habían gastado ya media pensión en cartones para el bingo y botellas de anisete así que me tuve que volver a casa y hacerme a la idea de que si quería encontrar esposa debería buscar una que me quisiera por mi interior y no por mi físico.
Por la tarde me apunté a un cursillo de estos que organiza la comunidad de Madrid junto con la Cope para que los jóvenes se conozcan porque me habían dicho que ahí se podía encontrar pareja fácilmente. Se llamaba "jóvenes cristianos, valores tradicionales y moral respetable". Se celebraba en unos salones parroquiales cerca de mi casa y me dije que por qué no probar.
Flipé! ¡¡¡qué orgía, que desenfreno!!! Unas guarradas...unos fetichismos con el cáliz, ahí fornicando sobre la pila bautismal... vamos, que se lo montan a lo grande estos cristianos. Fue algo que me desagradó por completo. Nunca había visto tanta perversión en la misma sala desde que fui al cooper de Malasaña.
En fín, que al final me di por vencido y me volví a casa a poner salsa rosa y comer palomitas de colores y cacahuetes con miel.

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