Le Petit Ventura

Este es un espacio en el que escribo lo que quiero. Me lavo con un trapo atado en un palo.

Wednesday, August 02, 2006

Los mosquitos

Te vas a Laponia y hasta en las estepas escandinavas te encuentras con fínifes chupasangres que te alegran la tarde o el sol de medianoche o la aurora boreal o el venado asado con papas porque ves que, por muy clima de santa mierda que tengan los suecos, siempre tendrán mosquitos revoloteando sobre sus jarras de sangría. Asquerosos, sí, y portadores de enfermedades, también, pero llenos de una vida que ya nos gustaría en esta estéril ciudad de Madrid.
Por aquí, en la gran meseta horripilante, nada más que esas pequeñas heces de babuino que llaman cucarachas serían capaces de sobrevivir a un verano tan seco, caluroso y dejado de la mano del creador como es el nuestro. Sólo esos animales que son capaces de renacer entre 30 Chernobiles y algún que otro Mururuoa (por cierto, un hurra por los franceses y por su capacidad de extinguir decenas de especies en lo que tarda en fisionarse un núcleo de uranio), sólo esa especie, digo, la cucaracha común, es capaz de campar a sus anchas entre desperdicios del McDonalds, Donner kebabs putrefactos y gazpachos Alvalles en estado de descomposición.
Vamos, que si quitas tres o cuatro avispas con mala hostia, alguna mosca agilipollada y las susodichas y veneradas cucarachas, en Madrid en verano no sobreviven más que ciertos ejemplares de hommo erectus en su variante "Rodriguez" y un puñado de turistas nipones fotografiando ávidamente la Torre de Valencia, el barrio de San Chinarro y los demás bodrios urbanísticos dignos de una capital tan europea y especulada urbanísticamente como la nuestra. (A la derecha podemos ver la avenida del Generalísimo y a la izquierda la de Jose Antonio. En el centro tenemos, cómo no, la plaza del Glorioso Alzamiento).
Lo que quiero decir es que desanima, leche. Fastidia caminar en verano por Praga o por Sicilia, o por Los Ángeles o por La Habana o por Calahorra o por Benidorm y que en todos esos sitios, después de pasar tres días, te vuelvas a Madrid como si tuvieras el sarampión por la cantidad de bichos que te han picado y aquí, en plena Gran Vía, no tengamos ni siquiera la una atmósfera decente para que se desarrolle el más elemental de nuestros parásitos, el mosquito.
Tampoco quiero yo aquí amenazar pero al próximo que use el Baygon le mido el lomo. A ver si para pocos animalitos que tenemos nos vamos a dedicar encima a cargárnoslos. Los de Grinpís me secundan por cierto.

1 Comments:

Blogger CC Baxter said...

Madrid no se toca!!!!Es bonito y encantador hasta en verano.Los mosquitos están lo que pasa es que tu sangre no será de muy buena calidad jaja.

10:39  

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